Dejando a un lado las interpretaciones personales, todas con algo de razón y todas algo equivocadas, si repasamos en el Reglamento de Radioaficionados cuales son las materias que un aspirante a radioaficionado debe conocer para superar las pruebas correspondientes y demostrar su aptitud, queda patente que la radioafición es una actividad fundamentalmente técnica. El principal campo de juego del radioaficionado es la radiotecnia aplicada a las comunicaciones, tanto si lo consideramos un medio para la instrucción y formación personal, como para desarrollar una actividad de investigación con identidad propia, que se sustenta sobre el estudio y la experimentación práctica. Casi siempre todos estos aspectos, en mayor o menor grado, forman parte indivisible en la actividad cotidiana de todo aquel que practica la radioafición.

Por ello quizás un término mas adecuado para denominar lo que llamamos radioaficionado podría ser “radiotécnico amateur”. Este término define mucho mejor el concepto y no se presta a tantos equívocos como aquellos con que los radioaficionados se encuentran, un día si y otro también, en el desarrollo práctico de su actividad.

Vamos a ayudarnos con un ejemplo sencillo, y por ello perfectamente comprensible, que recurre al deporte con mayor número de seguidores en nuestro país: el fútbol. Resulta totalmente comprensible que no es lo mismo un aficionado al fútbol, que un futbolista aficionado.

Si establecemos una comparación entre la radio y el fútbol, el radioaficionado vendría a ser como el futbolista aficionado, desempeña su función igual -o incluso con mas entusiasmo- que el futbolista profesional, pero por fuera de los cauces de la actividad profesional como tal.

No obstante es de justicia reconocer que la actividad amateur en radio se sustenta realmente sobre tres pilares. El principal es, por supuesto los propios radioaficionados. Los otros dos los encontramos entre el colectivo de usuarios de la Banda Ciudadana -CB- y entre los radioescuchas, tanto como actividades con entidad propia, como por que representan dos puertas de acceso a la radioafición nada desdeñables.

Ser radioaficionado no es fácil. Llegar a ser un buen radioaficionado es realmente difícil y no todos lo consiguen. A pesar de ello, la mayoría de nosotros desempeñamos esta faceta sin desánimo, por que la practica de la radioafición, en cualquiera de sus múltiples variantes, es una actividad apasionante con la que no dejamos de aprender y descubrir cosas nuevas.

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